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Arquitectos: Estudio Nómade
- Área: 154 m²
- Año: 2014
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Fotografías:Luis Barandiaran
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Proveedores: AutoDesk, Hormigon pasalto, Trimble Navigation
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El relato de esta experiencia nace en el territorio, precisamente donde se encuentra la pampa húmeda con el Océano Atlántico y se configura una geografía de relieves, depresiones en permanente transformación por la acción del viento. Es el origen de los médanos.
Ha significado todo un desafío la fijación de estos médanos, el anhelo de habitarlos y construir una relación con el mar. Así surgieron las primeras plantaciones, los bosques y las urbanizaciones entre las que se encuentra este pequeño poblado llamado Mar Azul.
Intervenimos en un pequeño segmento de esta geografía, que exige despertar el máximo sensaciones y racionalidad para una acción proyectual que exprese un relato de Arquitectura.
Así fuimos construyendo las primeras prefiguraciones conceptuales y morfológicas, asumiendo el desafío del vacío y la masa como matriz donde se representen los comportamientos del hombre, la relación con el medio y el equilibrio entre la Arquitectura construida con el entorno natural.
Surgieron entonces palabras claves como continuidad, gravedad, verticalidad, habitabilidad respondiendo a la inserción en el medio natural y la construcción del paisaje, entendiendo al ser humano, el espacio y el conjunto como contenedor de los comportamientos, la materialidad como expresión, como lenguaje.
Persiguiendo permanentemente nuestras inquietudes basadas en la reutilización y en la búsqueda de construir con recursos mínimos, y tras haber descubierto un viejo depósito de maderas en desuso surge la idea de la materialidad del proyecto. En el mismo nos encontramos con maderas de piso de variedades, calibres y colores diferentes que rápidamente nos dispararon expectativas respecto de la potencialidad del material dándonos como resolución las texturas, los acoples, la composición, el color y tecnología con la que abordamos esta experiencia.
La noción de conjunto remite en primera instancia al espíritu colectivo del mismo, a la construcción de una pieza geométricamente clara que exprese las relaciones de las partes en la que están contenidos los diferentes momentos del habitar colectivo, y las identidades morfológicas que los representan. Aparecen entonces El Acceso, Los semicubiertos, los Patios en altura, El mirador….
Así los conceptos de materialidad / tecnología / hábitat y territorio se definen en este juego de volúmenes que gravitan, permitiendo la continuidad del bosque, la relación con la espesura de los árboles, las perspectivas pronunciadas, asumiendo los materiales, sus leyes: Tracción – Compresión – Textura – Color – Racionalidad y Sensaciones.
Entendemos que la Arquitectura se construye como un todo, que deja marcas, que se reivindica con el paso del tiempo; conscientes de la lucha por las identidades colectivas que contribuyen a mejorar las relaciones humanas, nuestro país, nuestra América Latina.